Sobre unos 15 grados centígrados y bajo una bufanda y chaqueta abrigada paseaban mis piernas sobre las calles de Mexico, D.F. “Qué extraño! pensaba, nunca creí conocer tan rápido este país norteamericano que mucho parece tener con lo nuestro”. Pero lo mucho no es tanto cuando llegas al país y te preguntan, “eres de Suramérica?” Y tú respondes, “sí, vengo del Ecuador”. Raro no? Mexicanos, latinoamericanos y ellos con mucha distinción nos dicen “del Sur”. Pero siguiendo mi camino en compañía de las mejores personas -mi familia- voy llegando al centro de la ciudad. El Zócalo -más conocido desde antes de que los españoles llegaran en 1519 a acabar con lo más puro y primitivo, la civilización azteca- es este espacio enorme, una plaza con edificios hermosos a su alrededor, el Palacio de Bellas Artes, una catedral inmensa, el Palacio de Gobierno y con el sol seco sobre mi frente, un calor escondido en la fría temperatura que trae la estación y adoquines mezclados con pasos de peatón, los restos de una gran pirámide. Eso.. eso sí que no me lo esperaba.
Para mi minúscula visión no era posible comprender el centro de una ciudad con casi 20 millones de habitantes, cuyas calles están invadidas de tráfico y transeúntes andando como en Nueva York y, de repente, en el ombligo de la ciudad, avanzando hacia al frente, un poco hacia tu derecha (dependiendo de dónde vienes, claro) ves este muro, que trae otro muro. Roca volcánica, una gran serpiente de esta mezcla ancestral, otra capa de muro, inclinación y manuscritos, figuras de una antigüedad que habla de una fuerte identidad, rota, quebrada, dividida. Un descubrimiento de orgullo arqueológico cuyas delicadas brochas van develando la historia: el Templo Mayor de los aztecas, una pirámide en sus cinco etapas de descubrimiento y de construcción, vestigios, momentos paralizados en el tiempo, imaginación que retrocede en la línea de temporalidad, una gran pirámide.
Sin embargo el asombro le ganaba al cansancio, horas de andar y andar por el centro de una ciudad proporcional a su propia ciudad… abismal. Y entrando por estos corredores y calles que por momentos parecen un otoño europeo, con hojas caídas, ramas secas, edificios antiguos, ves al fondo, por un cruce repentino, la calle Tacuba… “Esto me suena a que algo bueno se acerca”, y más aún cuando miro hacia al frente, con una carpa verde y unas letras que levemente sobresalen de “Café de Tacuba”.
Al entrar, un lindo café antiguo, fundado a principios de siglo, que sirvió de refugio para artistas, políticos y escritores. Una decoración infinitamente mexicana y un nombre que pesa, ante una exquisita sopa azteca con tortillas acompañada de un vaso de agua de Jamaica (sí, como las del Chavo). Y ahora mi afirmación, qué buen nombre que estos 4 chicos, finalizando la década de 80 decidieron utilizar.
La agrupación mexicana que en un inicio se identificaba como “Alicia ya no vive aquí” decidió titularse bajo el nombre de este restaurante muy típico para, con el pasar de los años, evitar problemas de autoría nominal y cambiar la “u” por la “v” y convertise en “Café Tacvba”.
“Toma tus cosas y vámonos ya, si no corremos nos van a dejar. Ponte tu casco y tu traje espacial, la carretera no puede esperar”, afirman los tacvbos en uno de sus últimos sencillos Vámonos. Una letra perfecta para un viaje en el que no esperas más que fuerza en tus pies para andar y en tus párpados para tenerlos levantados, poder seguir mirando y conocer todo lo que hacia ti va llegando. “Y nuestra casa se quedó allá atrás, allá adelante que iré a encontrar, por mientras canto Tu turu…”
Nota: El próximo año Café Tacvba celebra dos décadas de carrera con una serie de conciertos, dos libros (uno de ellos será la biografía de la banda) y un documental realizado por el cineasta Ernesto Contreras, quien ya tiene bastante material y complementará con lo que queda de la gira promocional de Sino.
Clara M. Reyes – México
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4 comentarios:
Me doy cuenta de que la estas pasando muuuy bien, esta interesante tu relato. Ojala pongas fotitos.
mis mas sinceros y mejores deseos dsd el lugar en dond stes clarita vos sabes q eres una mujer sin iwal... te lo dice tu amigo charlie... jijiji besotes y abrazotes para ti...
q el 2009 sea un año maravilloso par ti y para todos lo q komparten tu amistad ya lo sabes y q la celebracion la hagas kon el jarrito d snoopy... vos sabes lo q t digo... jijiji kuidate mucho... eres lo maximo
Chevere Clarita, muy bueno tu viaje, lo aprovechaste al máximo, que envidia sana, cuidate y exitos!!
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